El Cor de Llum

En una cueva-ermita en el Desierto de Judá habitada por un santo ermitaño un día que la lluvia derrumbó el techo de su cueva, miró... y vio... la Luz! La Luz que todo lo llena y que convertía su techo roto en un icono del Corazón de Dios Era como la abertura al espacio infinito. El Cor de Llum... Contemplando al que nos mira dentro del corazón, el corazón pobre y libre de todo lastre, se transfigura vacío de si mismo en resplandor purísimo del Corazón de Luz (Cor de Llum)

08 marzo 2006

la gloria de Dios es el hombre viviente: y la vida del hombre es la visión de Dios.

La vida del hombre es la visión de Dios.

"Y la claridad de Dios da la vida: es decir, quienes ven a Dios tienen parte en la vida. Por eso el que no puede ser abarcado, comprendido ni visto, concede a los seres humanos que lo vean, lo comprendan y abarquen, a fin de darles la vida una vez que lo han visto y comprendido. Así como su grandeza es insondable, así también es inefable su bondad, por la cual da la vida a quienes lo ven: porque vivir sin tener la vida es imposible, la vida viene por participar de Dios, y participar de Dios es verlo y gozar de su bondad.

Pues los hombres verán a Dios para vivir, haciéndose inmortales por la visión, por la que se aproximarán a Dios. Y, como antes dije, los profetas explicaban por medio de figuras que verían a Dios todos los hombres portadores de su Espíritu, que sin desmayar esperan su venida. Así como enseña Moisés en el Deuteronomio: En aquel día veremos que Dios hablará al hombre, y éste vivirá (Dt 5,24).

[...]

Pero, puesto que es Dios quien obra todo en todos, el saber cómo o cuán grande sea, es invisible e inefable para todas sus criaturas; mas no es en modo alguno desconocido: pues todas ellas aprenden por el Verbo, que hay un Dios Padre, que contiene todas las cosas y a todas les da el ser, como está escrito en el Evangelio: Nadie vio jamás a Dios; el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado (Jn 1,18).

El Hijo habla del Padre desde el principio, porque desde el principio está con el Padre, y comunica al género humano, para su utilidad, las visiones proféticas, la repartición de los carismas y sus ministerios, y en forma continuada y al mismo tiempo la glorificación del Padre, en el tiempo oportuno. Pues donde hay continuidad hay constancia, y donde hay constancia hay desarrollo en el tiempo, y donde hay desarrollo en el tiempo hay utilidad: por eso el Verbo fue hecho dispensador de la gracia del Padre para utilidad de los hombres, por los cuales ordenó toda esta economía, para mostrar a Dios a los hombres y presentar el hombre a Dios. De esta manera custodió la invisibilidad del Padre, por una parte para que el hombre nunca despreciase a Dios y para que siempre tuviese en qué progresar; y por otra parte para revelar a Dios a los hombres mediante una rica economía, a fin de que el hombre no cesase de existir faltándole Dios enteramente. Porque la gloria de Dios es el hombre viviente: y la vida del hombre es la visión de Dios. Si la manifestación de Dios por la creación da vida en la tierra a todos los vivientes, mucho más la manifestación por el Verbo del Padre da vida a aquellos que contemplan a Dios."

Ireneo de Lyon, Contra los herejes, 4,20,5-7