El Cor de Llum

En una cueva-ermita en el Desierto de Judá habitada por un santo ermitaño un día que la lluvia derrumbó el techo de su cueva, miró... y vio... la Luz! La Luz que todo lo llena y que convertía su techo roto en un icono del Corazón de Dios Era como la abertura al espacio infinito. El Cor de Llum... Contemplando al que nos mira dentro del corazón, el corazón pobre y libre de todo lastre, se transfigura vacío de si mismo en resplandor purísimo del Corazón de Luz (Cor de Llum)

03 julio 2006

Tú estabas dentro, y yo fuera

San Agustín, que también se acusa de "amar tarde" nos dejó estas maravillosas palabras:

Te he amado demasiado tarde,
belleza siempre antigua y siempre nueva:
te he amado demasiado tarde.
Tú estabas dentro, y yo fuera;
y aquí era donde te buscaba.
Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo;
y tus obras que sin Ti no habrían existido,
me retenían lejos de ti.

Daba vueltas alrededor de ellas buscándote;
pero deslumbrado por ellas me olvidaba de mí mismo.
Pregunté a la tierra si era mi Dios
y me respondió que no;
y todos los seres que están en ella,
me hicieron la misma confesión.
Interrogué a todas las criaturas y me respondieron:
nosotras no somos tu Dios: búscale sobre nosotras.
Y volví a mí; entré dentro de mí mismo y me dije:
¿y tú quién eres?
Yo me respondí: soy un hombre racional y mortal.

¿Quién eres Tú, mi Señor y mi Dios,
único poderoso, único eterno,
incomprensible, inmenso, que siempre vives y en quien nada muere?

¿Quién eres Tú, y qué eres para mí?
Dilo, oh misericordia mía, dilo a tu pobre siervo.
Dilo en nombre de tu bondad:
¿qué eres Tú para mí?
Di a mi alma: Yo soy tu salud.
No me ocultes tu rostro, no sea que muera.
Déjame dirigirme a tu clemencia,
a mí que no soy más que tierra y ceniza.

Déjame hablar a tu misericordia,
pues ella ha sido grande sobre mí.
Dime, responde, oh misericordia mía,
en nombre de tus bondades,
¿qué eres Tú para mí?
Y he aquí que has hecho resonar
una gran voz en el fondo de mi corazón
y has roto mi sordera.
Me has iluminado y he visto tu luz
y he comprendido que eres mi Dios;
he aquí por qué te he conocido.
Sí te he conocido
y he sabido que eres mi Dios.
He creído que eres el verdadero Dios
y el que has enviado es el Cristo.
maldito el tiempo en que no te conocí;
maldita esa ceguedad que me impedía verte;
maldita esa sordera en la que no te oía;
maldito el tiempo en que no te he amado.
Te he amado demasiado tarde,
oh belleza siempre antigua y siempre nueva.
¡Te he amado demasiado tarde!

2 Comments:

Blogger hna. josefina said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

9:01 a. m.  
Blogger hna. josefina said...

Hola Maricruz!
¡Qué lindo conocerte! Entré desde 'verso converso'.
Siempre me quedo un poco desconcertada cuando en el perfil me encuentro que hay varios blogs. ¿A cuál te parece que entre sobre todo?

9:05 a. m.  

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